El auge del cortometraje

Desde hace ya varios años el cortometraje está experimentado un gran crecimiento dentro del panorama cinematográfico. Para los que no lo sepan, un cortometraje (llamado habitualmente corto) es una película de una duración no superior a 30 minutos, como una especie de película pequeña. España es uno de los países a nivel mundial que está a la cabeza de producciones de cortos, no en vano y bajo mi punto de vista muchos de ellos superan a algunos largometrajes. En los últimos años se ha elevado bastante la producción debido principalmente al abaratamiento de los medios técnicos y a la fácil promoción por Internet que permite que pueda ser visto por todo el que lo desee. Desde siempre el corto ha sido en nuestro país una de las llaves de entrada al mundo del cine, ya que casi todos los directores debutaron tras las cámaras en cortos que posteriormente llamaron la atención de algún productor. Casos conocidos son los de Pedro Almodóvar con Salomé, Álex de la Iglesia con Mirindas asesinas, Javier Fesser con Aquel ritmillo o Nacho Vigalondo con 7:35 de la mañana. La realización de un corto es muy diferente a la de un largometraje: el rodaje dura pocos días, el presupuesto suele ser bastante limitado y se acentúa con la falta de medios y el equipo, tanto técnico como artístico, no suele cobrar nada.

Yo participé hace un par de años en la realización de un corto como script. Me encargué de llevar al día la continuidad del rodaje tomando notas con los tiempos y números de tomas, haciendo fotografías para que todo fuera en orden y cantando el número de cada secuencia con ayuda de una claqueta. El equipo trabajó muy bien y gracias a ello tardamos sólo 5 días. Trabajamos de lo lindo, pero la satisfacción que nos quedó a todos fue muy grande por el resultado obtenido. Hasta nos galardonaron con un premio. El corto se titula Hablamos y lo podéis ver a continuación.