domingo, 25 de julio de 2010

Los tontos del micrófono y la "fama" rápida

Alguna vez he oído que es peligroso darle a un tonto un micrófono. Desgraciadamente hoy y desde hace ya bastante tiempo es habitual verlo cada vez más en televisión, tanto que ya ni nos extraña lo más mínimo y nos parece hasta normal. Parece algo ininteligible, pero realmente no lo es: el telespectador español medio disfruta viendo a un tonto ante un micrófono, incluso seguro que hasta se ríe con sus tonterias y suelta una infantilada tal como "¡Hala, lo que ha dicho!", posiblemente sea tema de conversación central entre sus amigos o compañeros de trabajo y tendrá a ese tonto como su ídolo. ¿Todo ello por las tonterías que dice? La respuesta es un sí rotundo. El poder de mediatización que tiene la televisión hoy en día es inmenso, tanto es así que puede endiosar o hundir a alguien de la noche a la mañana sin tiempo de reacción alguno. El circo mediático que crea en torno a un personaje puede saltar de las tertulias a las conversaciones domésticas en cuestión de segundos y las críticas, ya sean constructivas o no, viajan a una velocidad de vértigo. La "fama" televisiva puede entenderse en el caso de dos personas concretas, ambas desconocidas hasta que un hecho que en cualquier otro caso hubiera resultado intrascendente y olvidado al poco tiempo se cruzó en sus vidas y les permitió que una o varias personas decidieran que había que otorgarles la voz ante un micrófono para que dijeran lo primero que se les pasara por la cabeza.

Belén Esteban era una chica normal y corriente hasta que un día conoció al por entonces torero Jesús Janeiro, popularmente conocido como Jesulín de Ubrique. La "fama" que el matador tenía por aquel entonces propició que también ella empezara a ser conocida por la relación sentimental que ambos mantenían y que su presencia en la prensa rosa fuera siendo más constante. Tuvieron una hija, la relación se rompió y su "fama" no ha dejado de crecer desde entonces. En la última década, aprovechando un lenguaje mordaz que roza la vulgaridad, una espontaneidad propicia para provocar escándalos y una educación digna de la ignorancia más absoluta, ha logrado meterse en el bolsillo a la audiencia de media España, hacer las delicias de los amantes de la telebasura y disfrutar de unas ganancias más propias de una persona de alto standing que de alguien de su calibre, todo ello porque alguien en su día decidió darle un micrófono y hasta ahora no ha querido o no se ha atrevido a quitárselo. El siguiente vídeo muestra los terrenos por lo que se mueve "la Esteban" habitualmente.



Pero no sólo la prensa rosa crea figuras mediáticas con tal de subir los índices de audiencia. Hace un par de años apareció otra persona que a día de hoy campa a sus anchas por los platós televisivos, sólo que esta vez los artífices de dicha creación fueron las altas esferas políticas en conjunción con la prensa escrita: el "profesor" Jesús Neira. Y es que lo del "profesor" fue muy diferente a lo de "la Esteban". En el mes de agosto de hace dos años fue agredido brutalmente en la calle por un individuo que supuestamente estaba maltratando a su pareja y al cual Neira insultó gravemente con el fin de de "defender" a la víctima. La paliza fue tal que el "profesor" quedó en coma, fue declarado informalmente héroe nacional y los hechos se extendieron rápidamente por las diferentes cadenas de televisión, hasta tal punto de llegar a convertirse en un asunto de latiguillo nacional. Increíble pero cierto. La cosa no terminó ahí y una vez Neira salió del coma fue requerido por las altas instancias políticas para ser condecorado por su "hazaña" y, como no, por los medios de comunicación para relatar su experiencia. Pero aún hubo más, ya que una vez se averiguó la ideología política del "profesor" rápidamente fue premiado con la dirección del Consejo del Observatorio contra los malos tratos en la Comunidad de Madrid, invitado a dar el pregón en unas fiestas locales donde "deleitó" a todos los presentes con un penoso chiste sobre el Presidente del Gobierno y reclamado en numerosos platós de televisión para dar su opinión sobre diversas cuestiones y principalmente en debates. ¿Sus cualidades ante el micrófono? Un discurso muy radical con un lenguaje agresivo y violento, llegando en muchas ocasiones al insulto y a la descalificación. En el siguiente vídeo se puede comprobar la verdadera cara de este "héroe nacional".



Y es que mientras en este país se siga venerando a este grupo de "tontos del micrófono" será imposible que alcancemos la mayoría de edad televisivamente hablando, porque sinceramente creo que aspiramos a muchísimo más, pero de nosotros depende el decidir si realmente deseamos comernos la basura o tirarla al contenedor.

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